Una contractura es una contracción y por tanto un acortamiento de las fibras que forman el músculo, continuada e involuntaria de todo un músculo o de algunas de sus fibras.
La aparición de las contracturas musculares se deben a diversas causas que podemos englobar en 4 factores:
– Contractura mecánica: provocadas por esfuerzos físicos que superan la resistencia del organismo o bien después de un movimiento brusco o excesivo.
– Contractura defensiva: se producen por una patología, alteraciones de la estructura ósea (escoliosis) o para proteger una lesión (protusión discal).
– Contractura térmica: se produce cuando el organismo sufre cambios bruscos de temperatura (golpe de aire).
– Contractura emocional: se producen cuando se bloquean emociones, por stress,…
En estos casos el masaje descontracturante es una de las formas más eficaces para combatir estas lesiones. Con el masaje se produce una aumento del riego sanguíneo que permite la recuperación de los tejidos y la limpieza de metabolitos. Además facilita la relajación del músculo y la mente, reduce la tensión y disminuye el dolor.
El masaje es útil por sí mismo o bién como parte de un plan de salud combinándolos con una alimentación sana y equilibrada, ejercicio moderado y meditación.
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