¿Qué puede hacer el quiromasaje en caso de epicondilitis?

La epicondilitis o “codo de tenista” es una lesión bastante común que no afecta solo a los deportistas. De hecho, esta lesión, que afecta al tendón común de los músculos extensores de la muñeca y de los dedos, es una lesión provocada por exceso de uso o por sobreesfuerzos.

Por tanto, la epicondilitis se relaciona  con profesiones o actividades caracterizadas por un uso repetitivo de la mano y el codo. La epicondilitis es más frecuente en personas mayores de 40 años.

En la epicondilitis, la contracción de las fibras musculares del antebrazo genera una tensión localizada en los puntos de inserción, lo que da lugar a un dolor en el epicóndilo y en la cara lateral del codo que puede irradiar al antebrazo. La epicondilitis va acompañada de pérdida de fuerza de agarre y limitación de movimientos.

El dolor suele empeorar al doblar la muñeca hacia atrás, al girar la palma de la mano hacia arriba, al agarrar algo con una muñeca rígida o al enderezar el codo.

La epicondilitis mejora mucho con tratamiento de rehabilitación, unido al farmacológico. En este artículo vamos a ver cómo el quiromasaje puede ayudar a mejorar la epicondilitis.

Trabajo y abordaje de la epicondilitis

El trabajo para la epicondilitis suele ser lento y requiere un largo proceso. Sin embargo, la mayoría de personas responde favorablemente a un abordaje conservador, aunque es importante acudir de forma precoz a un fisioterapeuta o médico especialista para diagnosticar la lesión e iniciar un tratamiento adecuado cuanto antes para evitar que la lesión se convierta en crónica.

Además del tratamiento tradicional, el quiromasaje y el masaje deportivo como terapias complementarias son muy beneficiosos para ayudar a combatir la epicondilitis. El quiromasajista puede analizar la lesión y abordar los síntomas valorando qué músculos contribuyen más a la lesión y trabajará para disminuir el dolor, así como a normalizar el tono muscular usando técnicas de quiromasaje descontracturante de la musculatura y masaje transverso profundo, entre otras técnicas. El vendaje funcional también puede ser útil en muchos casos para eliminar tensiones excesivas en las inserciones de los músculos.

El quiromasajista también podrá contribuir con estiramientos y movilizaciones realizados adecuadamente para favorecer el fortalecimiento de los músculos implicados.

Para paliar los dolores de la epicondilitis se puede utilizar el quiromasaje. El doctor Jordi Sagrera Ferrándiz recomienda en su libro “Quiromasaje: técnica y  sensibilidad” un masaje de intensidad media-profunda, especialmente en la zona del antebrazo, con el brazo semiflexionado, debido a la existencia de varias capas musculares en el antebrazo.

fuente: CIM grupo de formación


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